Cideyeg x Yorokobu: «La sastrería del ‘packaging’ de alta gama»

Cideyeg x Yorokobu: «La sastrería del ‘packaging’ de alta gama»

El último cliente acaba de salir. Sobre la mesa, el sastre tiene apuntadas en su tableta las ideas que le acaba de transmitir para realizar el encargo. Una colección de trajes únicos, que hable de su personalidad y de su esencia, que destile elegancia, exclusividad y un exquisito buen gusto.

Quiere presentarlos en un evento especial, casi como un regalo de lujo. Pero, aunque su estilo es clásico, prefiere apostar por un diseño moderno, actual, un traje que bien pudiera vestir su hijo en lugar de él. Y, por supuesto, quiere el mejor material para su confección, pero deja muy clara su apuesta por la sostenibilidad.

Por eso ha acudido a él y a su equipo de 135 profesionales, porque sabe que son una sastrería muy especial que trabaja con cartón y papel como materias primas, avalados por FSC ® y PEFC, organizaciones que velan por una gestión forestal responsable y sostenible.

El sastre se pone manos a la obra y empieza a dar las primeras directrices. Sabe bien lo que tiene que hacer. Lo aprendió de su padre. Y este, a su vez, del suyo. 60 años de experiencia avalan a su empresa familiar llamada Cideyeg. Su buen hacer se trasluce en la fidelidad de su clientela, y eso, además de un orgullo y la confirmación de que su trabajo es bueno, facilita también las cosas porque conoce bien lo que quieren quienes acuden a ellos para sus encargos más especiales.

Y en apostar por la sostenibilidad están de acuerdo, de ahí que solo utilicen materiales que reduzcan la huella de carbono en sus procesos y que no tengan que ir a buscarlos fuera del continente europeo para reducir, así, la huella ecológica. La misma apuesta que les ha llevado a decidir instalar 1000 placas solares en su fábrica, que, además de reducir los gases contaminantes, producen gran cantidad de energía verde que aprovechan para el funcionamiento de su maquinaria.

Avisa a su equipo de diseñadores y les pasa las directrices que ha anotado. Es el primer paso de la creación del producto. Y empiezan a fluir las ideas, los bocetos, los primeros patrones, que muestra al cliente en una siguiente visita. Los revisan juntos y se aportan ideas para mejorarlo. «¿Podrías cambiar esto?», «¿y no sería mejor si…?», le pide. «Este gramaje es perfecto para lo que usted busca», aconseja el sastre. «Yo le sugería mejor este otro diseño, ya que se ajusta mejor a sus necesidades…».

Y así, conversando, escuchándose, entendiéndose, encuentran la mejor solución. Ajustan los diseños originales para poder optimizar después su impresión. Corrigen curvas de tramas, posiciones de capas, pantones… Y el sastre explica a su cliente cómo lo trabajarán todo en máquina para conseguir el resultado que desea. Ya está, ya lo tienen, ya se puede empezar a confeccionar.

Quien hace el encargo ha optado por un papel con motivos brillantes y plateados que necesita de un laminado preciso. También lo quiere en un color especial que no encuentra por ningún lado y que otras fábricas no son capaces de replicar. El sastre sonríe confiado. Su fábrica cuenta con la maquinaria necesaria para teñir y lograr el color elegido. Su equipo tan solo necesita una muestra.

Y conseguir lo más complicado de hacer les supone un reto con el que siempre obtienen la misma recompensa: el efecto WOW! que se refleja en la cara de sus clientes. Stampings de colores infinitos, holográficos, serigrafías de volumen o ultrabrillantes, acabados soff touch, tintas cambiantes al color del tacto y tintas transparentes antirrobo o antiplagio son otros de sus puntos fuertes.

No en vano son una gran empresa capaz de hacer grandes tiradas gracias a mantener sus máquinas funcionando 24 horas y a su personal trabajando en dos turnos. El sastre se siente orgulloso de lo que son capaces de hacer y de ofrecer, eso les distingue de su competencia.

Conseguido el papel y elegido el cartón, hay que empezar a troquelar para dar forma a las piezas que compondrán la colección. Las medidas deben ser exactas, solo así se ajustarán a la perfección al diseño aprobado por el cliente. El sastre sabe que si confían en su empresa es precisamente por el cuidado en estos detalles y porque cuentan con la maquinaria de última generación capaz de poder crear a gran velocidad todo lo que su clientela imagina e idea. En su fábrica no hay límites para la creatividad y quienes confían en ellos sus trabajos lo saben, por eso acuden a Cideyeg cuando quieren lograr lo que parece casi imposible de hacerse.

En esta parte del proceso, la lámina de cartón que tan cuidadosamente se ha impreso empezará a tomar forma gracias a los utillajes, las presiones y los ajustes milimétricos. Piezas cuadradas o rectangulares, cierres o hendidos en arco, brailles, relieves, clavados… todo es posible en la zona de troquelado. Pero la maquinaria no lo es todo. El tacto, el ojo humano —su ojo y el de su equipo de profesionales— es más eficaz que la mejor de sus máquinas. Solo así, gracias al ajuste manual, se logra el mejor acabado, el troquel perfecto.

Una empresa familiar que viste tus productos

Cideyeg Packaging es una compañía de referencia en creación, desarrollo y producción de packaging de cartón y expertos en folding para grandes y reconocidas marcas de sectores como la alta cosmética, perfumería, farmacia, alimentación y textil. Cuenta con más de 10.000 m2 de instalaciones para la fabricación de packs a medida y más de medio siglo de trayectoria en las artes gráficas.

Con ADN familiar y orientados a destacar los productos en el lineal, se ocupan de cada detalle con la finalidad de vestirlos con una imagen notoria que refleje los valores de la marca comercial. De la idea a la ejecución y de la ejecución a casa de cada cliente y sin intermediarios.

Hoy, el reto está en ofrecer un pack con valor añadido que el consumidor valore tanto en su experiencia de compra como de unboxing. Y en esto, Cideyeg Packaging sabe lo que hace.

 

Fuente: Revista Yorokobu